De todos modos si tu economía no te lo permite, lo más común es que cada uno/a se prepare su propia boda y aunque pueda parecer demasiado agotador y stresante lo cierto es que si nos hacemos un “planning” podemos llegar a todo sin problemas y sin que acabemos agotados.
Para ello es necesario antes que nada, que decidamos casarnos con un mínimo de un año de antelación ya que así podremos fijar la fecha de la boda por la iglesia, o el por el civil y en donde donde vayan a casarnos y que hagamos la reservación oportunamente.
Seis meses antes podemos comenzar con los preparativos más “grandes” como elegir el vestido de novia y el traje de novio, elegir el menú, elegir al fotografo, elegir las flores y los recuerdos, así como las invitaciones (que ya podemos enviar) y por último decidiremos el destino de nuestra luna de miel.
Tres meses antes podemos dedicarnos al papeleo necesario para casarnos, elegir los complementos de los respectivos trajes y además elegir los regalos o anunciar donde tenemos la lista de regalos elegida.
Dos meses antes podemos encargar ya los anillos, encargar la música y decoración para la iglesia y/o el lugar de la celebración, o bien asistir a las platicas parroquiales para la ceremonia religiosa.
Un mes antes haremos las pruebas del vestido y del traje, así como las de peinado y maquillaje y encargar el ramo de novia.
Y ya la última semana quedará últimar detalles de todo y las últimas pruebas de vestuario, maquillaje y peinado.
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